La arraigada costumbre de poner "el mayo" como símbolo de fecundidad y protección se sigue manteniendo viva aún en muchas localidades zamoranas como Sanzoles donde, pese a la continua despoblación, todavía quedan jóvenes. Y todo para lograr que no se pierdan costumbres y tradiciones rurales heredadas de antaño, como hicieron nuestros antepasados.
Al parecer, esta festividad del primer día del mes de mayo tiene sus orígenes en los pueblos vikingos y que más tarde fue adoptada por los celtas en la festividad de Beltane, en honor al Dios del fuego, Belenos, en la que se daba por terminada la temporada de invierno y, a su vez, daban la bienvenida a la primavera encendiendo hogueras en los montes para comunicarse con las tribus vecinas, al mismo tiempo que levantaban símbolos identificados como señales de paz.
En nuestra localidad, el mayo es el símbolo de esta fiesta de quintos, los cuales dejan atrás la adolescencia para pasar a ser adultos (a la mayoría de edad). Todos ellos, con la ayuda de familiares, amigos y vecinos (y últimamente también de maquinaria) cavan un gran hoyo en el suelo e introducen en él un gran tronco de árbol de varios metros de altura que horas antes habrán ido a cortar al campo. A continuación, con ayuda de maromas, escaleras y largos palos ahorquillados, lo levantarán bien erguido con una frondosa copa de pino en su extremo más alto y lo dejaran bien plantado al suelo, garantizando su estabilidad.
El mayo permanecerá erguido en el lugar durante todo el mes de mayo. Claro, si es que nadie lo corta, pues entre los pueblos vecinos siempre ha existido una rivalidad por ver que quintada ponía el mayo más alto, que venía originada por que cuanto más grande fuese, más valiente era la quintada del pueblo. En esa rivalidad, muchos "mayos" han aparecido cortados a lo largo de los años.
Os subo estas fotos que he encontrado y que son de hace unos años, levantando y poniendo el mayo en el barrio de El Colmenar, lugar en el que actualmente hay un parque infantil. Actualmente, la puesta del mayo se realiza en la zona de la Plaza de toros.Al parecer, esta festividad del primer día del mes de mayo tiene sus orígenes en los pueblos vikingos y que más tarde fue adoptada por los celtas en la festividad de Beltane, en honor al Dios del fuego, Belenos, en la que se daba por terminada la temporada de invierno y, a su vez, daban la bienvenida a la primavera encendiendo hogueras en los montes para comunicarse con las tribus vecinas, al mismo tiempo que levantaban símbolos identificados como señales de paz.
En nuestra localidad, el mayo es el símbolo de esta fiesta de quintos, los cuales dejan atrás la adolescencia para pasar a ser adultos (a la mayoría de edad). Todos ellos, con la ayuda de familiares, amigos y vecinos (y últimamente también de maquinaria) cavan un gran hoyo en el suelo e introducen en él un gran tronco de árbol de varios metros de altura que horas antes habrán ido a cortar al campo. A continuación, con ayuda de maromas, escaleras y largos palos ahorquillados, lo levantarán bien erguido con una frondosa copa de pino en su extremo más alto y lo dejaran bien plantado al suelo, garantizando su estabilidad.
El mayo permanecerá erguido en el lugar durante todo el mes de mayo. Claro, si es que nadie lo corta, pues entre los pueblos vecinos siempre ha existido una rivalidad por ver que quintada ponía el mayo más alto, que venía originada por que cuanto más grande fuese, más valiente era la quintada del pueblo. En esa rivalidad, muchos "mayos" han aparecido cortados a lo largo de los años.
Fotografías de Félix Navarro, extraídas del libro "El campo en Castilla y León, de ayer a hoy", que incluye también textos de nuestro paisano Celedonio Pérez.
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