miércoles, 10 de febrero de 2010

Religiosidad

Escrito por Carlos Torrijos Pareja.

El otro día festividad de Sta. Águeda, algunas mujeres casadas, recorrieron este nuestro pueblo, para celebrar y compartir un acto “festivo religioso” o así debería ser.

En el trascurso del recorrido, ocurrió algo que se puede llamar de cualquier manera, menos bondadoso: Al pasar por el colegio de esta localidad, mientras seguían bailando, en honor a su patrona, dos de ellas, se acercaron para obsequiar a los niños con una rosquilla (todo un detalle). La sorpresa para ellos (ya que algunos se dieron cuenta) fue cuando a una niña, por cuestiones personales de los adultos, la dejaron sin la dichosa rosquilla, (claro sin querer).

Por supuesto, tengo que agradecer de todo corazón a que una señora que también se dio cuenta, se acercó y se la ofreció con todo el cariño que cualquier niño se merece, algún día iré a darle las gracias personalmente.

Siempre he creído (puedo estar equivocado) que no hay cosa más ruin que discriminar a un menor; ya que la infancia es una fase de la vida que (más que ninguna) se debe de considerar intocable, dejándola siempre libre de cualquier tipo de intromisiones por parte de los problemas de los adultos, ya que lo único que demostramos con ello, es nuestro poco cerebro, y que más nos valdría aprender un poquito de ellos a la hora de saber comportarnos.

Creo que el respeto, debe de ser la base de nuestros actos, con todas las maneras de ser y de pensar, aunque puedan ser radicalmente opuestas e incluso enfrentadas, por lo que me parece que para ser devota de Sta. Águeda, (acción que considero muy respetable) como miembro de cualquier otra cofradía, sea religiosa o no, hay que tener unos principios en común, y no ensombrecer en este caso, el recuerdo de a quien homenajeamos, realizando acciones que ella, como santa desaprobaría, al mismo tiempo que se sentiría humillada por dicho comportamiento.

Estamos empezando a confundir un acto con un trasfondo religioso con la juerga y el cachondeo, y ya vemos como pretexto para cualquier desmán, celebraciones que no deberían tener otro sentido que el recuerdo y la oración; Que ha nacido Jesús en Nochebuena, pues nada borrachera, pero, que muere en la cruz en Semana Santa, venga, dos por falta de una; sin tener en cuenta la memoria de las tradiciones, ni a las personas que creen en esa religión, poniendo como escusa la libertad de expresión, anteponiéndola al derecho de quienes en silencio intentan escuchar un miserere, al que nadie está obligado a ir, pero que sobre todo tanto para creyentes, como para agnósticos, queramos o no es cultura.

Me imagino que habrá vecinos que me conozcan y no entiendan que yo defienda tan duramente el ser católico; y por que no, el que a mí, no me encuentre el “señor” en su rebaño, no quiere decir que no respete a quien esté en él, y lleva a cabo sus enseñanzas como filosofía de vida, siempre exigiendo el mismo respeto hacia mí, y mis creencias; ¿de que estábamos hablando? de una fiesta religiosa, claro y del respeto,(que no de miedo) pero sobre todo de la educación, y de cultura, eso que exigimos den a nuestros hijos, porque no somos capaces nosotros de darlo en casa.

Es muy sencillo maltratar a un menor psicológicamente, cuando se sabe que no te va a responder, y que gente que hay a tu alrededor, va a volver la cara para no verlo, por no discutir; eso se llama cobardía, o simplemente ruindad, y mi moral no me permite silenciarlo; sea el niño que sea, sin importarme su sexo, raza, religión, o el concepto que yo tenga de su familia.

Queridos vecinos de Sanzoles; Si ahora empezamos a cuidar las plantas, mañana estaremos orgullosos de sus frutos. No cierres los ojos, o cuando quieras abrirlos tendrás las pestañas pegadas.

Carlos Torrijos Pareja.


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