miércoles, 31 de octubre de 2007

Recuerdos de mi escuela

Escrito por Pilar Garrote

El pasado domingo, unas amigas y yo hablábamos de los problemas del cambio de la vida “moderna”, de los inconvenientes que tenía hoy en día la juventud, de los problemas que tenían los padres con sus hijos, etc. Por ejemplo, una de ellas nos decía que este año en algunos colegios se iba a implantar la jornada intensiva de 9 a 2 de la mañana, y todas nos preguntábamos ¿Qué iban a hacer los padres trabajadores con esos niños por las tardes?. Y yo, reflexionando, me dije para mí: ¿Es que no es mejor como hace años cuando teníamos escuela por la mañana y por la tarde?. Y casi sin querer, me puse a recordar…

En 1954, nuestra infancia en la escuela de Sanzoles no era igual que ahora. Estábamos separados los niños de las niñas desde los 6 hasta los 14 años, que era cuando sacábamos el Graduado Escolar. Había dos escuelas: la de niños y la de niñas.

Las niñas, durante la mañana, estudiábamos cada día una asignatura y por la tarde hacíamos los trabajos manuales, que al final de curso exponíamos, lo que nos motivaba para hacerlo cada día mejor. Doña Cesárea, la maestra, nos dijo al comenzar el curso que lleváramos a la clase un trocito de tela no muy grande, en la cual íbamos a ejecutar distintos trabajos: Dobladillo, pespunte, vainica de varias formas, realce, cordón, hacer una ojalera, coser un botón, repaso o zurcir (que es rellenar con el mismo hilo un agujero para que no se vea la falta de tela), echar una pieza cuando el roto es más importante que no se puede hacer con hilo y se hace con un trozo de tela y las costuras muy estrechas (esto se hacía antes mucho en las sábanas y pantalones de los hombres). La base del bordado era el realce, festón, cadeneta, punto de cruz y después terminábamos la base de todo: el costurero y ya empezábamos a bordar las iniciales en los pañuelos, hacíamos juegos de cama, cojines, para guardar las servilletas y alguna cosa más.

Muchas jóvenes de hoy en día pensaran que vaya una cosa que nos enseñaban: a coser. Pues sí, a coser y también a muchas otras cosas más que, sin ninguna duda, nos han servido para ser unas buenas amas de casa y, a muchas también, para ganar dinero para ayudar en los gastos de la casa.

También hacíamos cosas pequeñas para cuando poníamos en Navidades el nacimiento con el portal de Belén y el castillo de Herodes. Hacíamos hasta las casitas del pueblo. Todo esto lo hacíamos utilizando cartón fino y para el tejado un cartón ondulado, que sacábamos de los envoltorios que protegían antes las bombillas de la luz, que por fuera eran listos y por dentro hacían forma de canalones para que no se rompieran. Y para pegarlo utilizábamos un pegamento que se hacía en la clase con resina de los pinos mezclada con agua. La espesa pasta la poníamos con un pincel en un tapón de corcho que nos servía para untar las superficies que teníamos que pegar. Con esta misma cola también reparábamos los libros que empezaban a despegarse, para conservarlos en perfecto estado para los alumnos que llegaran el año siguiente. Y tantas cosas más…

Espero que les haya gustado recordar conmigo un período de mi vida muy bonito, en el que aprendí muchas cosas, cosas que años después puse también en práctica con mis hijos. Yo les confesaré que he disfrutado mucho escribiéndolo, tanto por la añoranza a aquellos años como por el recuerdo de la ilusión por aprender y perfeccionar más cada día.

martes, 30 de octubre de 2007

Buscamos fotos antiguas de Sanzoles

Debido a la buena acogida que ha tenido el Album de Fotografías de Sanzoles (incluido en la sección Enlaces Interesantes de este blog) se nos ha ocurrido realizar otro con fotografías antiguas de Sanzoles y sus gentes. Ya sabeis, esas fotos con encanto en blanco y negro que guardan tantos recuerdos, añoranzas y vivencias... (Podeis ver ya algunas en la sección de Enlaces interesantes->Fotos antiguas)

Así que si quieres colaborar con nosotros puedes enviarnos tus fotografías y una breve explicación de cada una de ellas a nuestra dirección de correo electrónico: telecentrodesanzoles@hotmail.com o bien traerlas aquí al Telecentro, que como ya sabeis está instalado en el Ayuntamiento y abre de 17:00 a 20:00 h. de la tarde.

Asimismo, también puedes enviarnos fotos bonitas del pueblo para publicar en el otro album de fotografías de Sanzoles.

Esperamos que os guste la idea y que colaboreis con nosotros. Gracias.

lunes, 22 de octubre de 2007

Fiesta de la Vendimia 2007

El sábado 20 de Octubre, la Asociación Cultural "Melitón Fernández" celebró un año más "LA FIESTA DE LA VENDIMIA" en la Plaza Mayor de Sanzoles.
Y nuevamente se organizó el CONCURSO DE CESTAS DECORADAS con productos típicos de esta época del año, que tanto éxito tuvo en la edición pasada. Como ya sabrán, se premió a las tres cestas que consiguieron mayor votación. Para ello, todas se identificaron con un número que preservaba la identidad del participante, cuyo nombre solamente era conocido por las personas que forman la ejecutiva de la Asociación Cultural. Pues bien, este año los premios fueron para:

PRIMER PREMIO: María Mulas Cecilio (Farmacia)

SEGUNDO PREMIO: Laude Sacristán

TERCER PREMIO: Sole Álvarez Velasco

Además las mujeres de la Asociación Cultural agasajaron a todos los asistentes con distintas clases de tortilla, empanadas, chorizo, encurtidos y muy diversos postres, todo ello regado con el buen vino de Sanzoles. Y para finalizar con un rico chocolate con churros.

Foto de los colaboradores de la Fiesta de la Vendimia 2007

Las vendimiadoras recogiendo el fruto de las cepas Laude dando la tradicional "lagarada" a Tita

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Más fotos de la Fiesta de la Vendimia 2007, pinchando aquí:

http://www.flickr.com/photos/10020113@N05/sets/72157602613873168/show/

(Tened Paciencia hasta que se carguen todas las fotos)

viernes, 5 de octubre de 2007

Recuerdos

Escrito por Juan Carlos Parrado de Luelmo.

Recuerdo así de pasada aquellas tardes de verano, en las que con más de cuarenta grados un grupo de muchachos salía por la plaza del Colón hacia “El Montico”.

Serían las seis o seis y media de la tarde y su única razón era la de encontrar algún nido de Torcaz, sobre todo para "uno de ellos" que era como decían "de capital" y no había visto nunca a los animales libres en el campo.

“¡Carlos!”, grito Benito desde lo alto de un almendro. “¡Aquí hay uno, pero solo tiene un pichón!”. Subí lo más rápido que pude y sentí la emoción de ver por primera vez lo que los demás ya conocían desde pequeños.

Nos juramos dejarlo allí, por que era muy pequeño, todavía con la esperanza de recogerlo días mas adelante, no sin antes pasar por la piedra de los marineros a escuchar las campanas de León.

Una de las preocupaciones mayores que teníamos era la de preparar las bodegas para que en las fiestas no faltara de nada. Comprábamos asientos de coches viejos y los repartíamos por todas las esquinas de esta con la ingenua intención de enseñárselos a las chicas e invitarlas a tomar una limonada. Ellas a su vez hacían lo mismo en sus bodegas, que por lo general estaban mucho mejor preparadas que las nuestras.

De todas formas, recuerdo las noches que pasábamos en ellas...

- Haremos una cosa, apaguemos todas las luces y nos liamos a tortas con el primero que encontremos".
- Vale.
- “¡Coño pensaba!” de cada cuatro palos que caían, tres me los llevaba yo sin enterarme de que el delator de mi posición era el reloj fosforescente que tenia en la muñeca.
- ¡Ay, eso no vale, alguien me ha mordido en la oreja!.
- “Jódete Pedro”, le grite desde la oscuridad dándome cuenta de la jugada.

También en Navidad preparábamos las bodegas con la sana intención de ir a dormir un rato después de correr los cencerros por el pueblo.

A eso de las 6 de la mañana y después de haber estado mas de dos o tres horas tocando las guitarras y tomando alguna que otra “caipiriña” nos preparábamos para hacer las sopas de ajo que entonaban el cuerpo al calor de la lumbre de la zarzera antes de salir otra vez a correr el Zangarrón.
En fin, tiempos de las Peñicas.

Recuerdo los paseos los sábados por las tardes por la brévola en cuadrillas con las chicas, nuestros primeros cigarros a escondidas, nuestros primeros amores y los maravillosos atardeceres que nunca podré olvidar. Las noches de caza de gorriones en las higueras que, más tarde, las madres de Conra o de Rober preparaban y nos comíamos en la bodega.

- ¿A donde nos vamos hoy?.
- "Me ha dicho Guada que le esperemos en la Cafetería", decía el Rojo.

Montábamos en el 600 y tomábamos ruta al embalse de Muelas donde primero nos metíamos un chapuzón y mas tarde pasábamos por un bar en el que nos poníamos ciegos a lomo, chorizo, jamón y todo lo que se terciara con la sabia intención de ir a las fiestas de algún pueblo de la zona. En éstas siempre alguno de nosotros terminaba un poquito doblao, pero para eso estaban los demás para echar una mano por lo menos hasta el coche.

Recuerdo al pregonero, a Octavio que nos dejaba entrar a escondidas en el baile del Casino, la tienda de la señora Ana, las clases en las escuelas a las que acudí un año (y no me acuerdo del profesor), de mis compañeros (Eladio, Rosen, Pedro Piri, Conra, Carlos staer, JuanFran etc.....), creo que todos estábamos juntos y mezclados; pero de lo que mas me acuerdo es de las tertulias con Cele, Manolo, Pecho buque, Harry en casa del Señor Floro y Doña Roberta.

De la emoción de mi primer viaje a Madrid a recoger las notas de alguien a la Facultad de Ciencias de la Información y sobre todo del puñetero calor que pasamos aquellos días. ¡Uffff que calor!.

Por último recuerdo las fiestas, los toros y lo mal que lo pasamos en alguna cogida. Las juergas nocturnas hasta sabe Dios que horas tempranas de la mañana con sus amaneceres. Las salidas a Zamora a dedo y alguna vez volver andando.
Recuerdo a mi abuelo Ángel siempre atento a que no preparásemos alguna, cómo nos enseño a cazar pájaros en el gallinero, a mi abuelo Matías y el estanco de la Sra. Encarna. A mi bisabuelo Marciano leyendo libros con una lupa y sus gafas.

Mi infinito agradecimiento a mis padres que supieron inculcarme de alguna manera que aún naciendo lejos en otras tierras a las que también amo partieron de alguna manera este corazón que no sabe ni quiere olvidar que sus ancestros son de SANZOLES.